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Con el continuo desarrollo de la medicina en el campo capilar, muchas personas han logrado superar la alopecia. Además de permitirles volver a tener la densidad de su cabello, recuperando con ello la seguridad y confianza sobre su apariencia. Esto se debe al injerto capilar, el cual permite que el cabello vuelva a crecer de manera natural. Sin embargo, cabe señalar que existen pacientes no aptos para realizarse este procedimiento.
Si has presentado caída de cabello, debes haber considerado realizarte esta intervención. Pero a pesar de ser un procedimiento sencillo, se presentan pacientes no aptos para injertos capilares. Por ello, es recomendable acudir previamente a una valoración con un especialista del área. En este artículo, te daremos algunas razones por las cuales puedes encontrarte entre los pacientes no aptos.
El injerto capilar es un procedimiento que permite que el cuero cabelludo se regenere de manera natural. Extrayendo el cabello de las zonas que poseen folículos pilosos activos para luego ser trasplantado en las áreas menos pobladas. Se considera una intervención sencilla, siendo realizada bajo anestesia local, por lo que es indoloro. Dado que se trata de un procedimiento autóloga, es poco probable que el paciente rechace el injerto capilar.
Aunque es considerada una intervención simple. Son varios los factores que influyen al momento de realizarla, como la genética, estilo de vida y enfermedades. Por esta razón, es importante evaluar a los individuos que deseen realizarse este procedimiento. Para poder determinar si deben elegir otro tratamiento al ser pacientes no aptos.
A continuación, se muestra una serie de casos donde son considerados pacientes no aptos para injerto capilar.
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Hoy en día, existe una alopecia universal que se caracteriza por la pérdida total del cabello. Siendo causada por una enfermedad autoinmune, afectando el cuero cabelludo y otras zonas del cuerpo.
Si la persona padece este tipo de alopecia, es considerado como no apto para injertos capilares. Esto se debe a la ausencia de pelo, dificultando la extracción al no poseer folículos activos para implantar. Por esta razón, son considerados pacientes no aptos.
Una de las condiciones más importantes que deben cumplir los pacientes, es la estabilización de la caída del cabello. Por ende, la edad de una persona se relacionará con la factibilidad de realizar la intervención.
No se recomienda realizar esta cirugía en aquellos pacientes que presentaron pérdida de cabello antes de cumplir los 25 años. Antes de los 30 años, no se ha establecido ni ha alcanzado en su totalidad el patrón de pérdida de cabello. Por lo tanto, si se realiza un trasplante capilar antes de tiempo, se continuará presentando la caída del cabello. Lo que generará nuevamente calvas en otras áreas.
Los pacientes no aptos para un injerto capilar son los que padecen de alopecia androgénica o cicatricial. Siendo generadas por algún tipo de lesión o quemaduras.
Asimismo, la alopecia areata se conoce como una enfermedad autoinmune transitoria. Donde el sistema inmunitario ataca erróneamente los folículos implantados al ser considerados como un peligro.
Por esta razón, realizar injertos capilares en la despoblación generada por esta enfermedad, no tendría sentido. Por ello, se consideran pacientes no aptos, en conjunto con los que padecen dermatitis seborreica, eccema y psoriasis.
Al momento de realizar un procedimiento de injerto capilar, se debe realizar una evaluación previa al paciente. Detallando el color, grosor, forma y textura del cabello. Si el cabello posee baja densidad, se consideran pacientes no aptos. Esto debido a que no se obtendrán los mejores resultados.
Existen algunas condiciones de la piel como trastornos o enfermedades que dificultan realizar un trasplante capilar. Esto se aplica en los casos de dermatitis seborreica, psoriasis y eccema, siendo enfermedades graves de la piel.
Si se realiza una intervención en estos casos, los resultados son deplorables. Dado que el crecimiento del cabello se verá afectado, ya que los folículos no tendrán un buen soporte. Consiguiendo incluso agravar la enfermedad.
En los casos de trastornos alimenticios, son considerados pacientes no aptos, debido a la ausencia de nutrientes generada por desnutrición. Lo cual conduce a la pérdida de cabello.
En el trastorno conocido como tricotilomanía, que se caracteriza por tirar de manera compulsiva el cabello. No se recomienda una implantación capilar, al existir la probabilidad de volver a ser arrancado el cabello.
Durante un trasplante de cabello, este es extraído de las zonas del cuerpo donde se encuentren folículos pilosos activos. Para luego ser trasplantados a la zona del cuero cabelludo que se encuentra despoblada. Si la densidad del cabello en el área donante es muy baja, el proceso de recolección de folículos se dificulta. Para estos casos, no es recomendable realizar un trasplante de cabello.
Aunque la implantación capilar es la única solución que ofrece resultados definitivos para la caída del cabello, pueden considerarse otros métodos al ser pacientes no aptos. En algunos casos, estas opciones pueden ayudar a enmascarar, retrasar o mejorar la pérdida de cabello.
Se conoce como Mesoterapia a una bioestimulación que se realiza al aplicar nutrientes en el cuero cabelludo por medio de microinyecciones. Encargándose de depositar oligoelementos, vitaminas, ácido hialurónico y minerales. Siendo imprescindibles para un cabello sano.
Minoxidil se considera una de las mejores opciones, siendo la más utilizada para el control de la caída del pelo. Además, se recomiendan otros medicamentos como la biotina y queratina, para ayudar al crecimiento y apariencia del cabello.
La micropigmentación es un procedimiento donde se realiza un tatuaje en el cuero cabelludo. Permite alcanzar una buena apariencia estética al simular pelos rapados, aumentando visualmente la densidad del cabello.